Escuela de Verano
La primera sorpresa con el curso de la Escuela de Verano en Género y Economía me la llevé incluso antes de que comenzaran las sesiones. La invitación me llegó por casualidad y apliqué porque me pareció una apuesta académica interesante, pero la veía con escepticismo: me preguntaba si reunirían la cantidad mínima de personas para que lo ofertaran. Luego de un par semanas, estaba yo viendo con asombro en la página web de la Universidad que 104 personas de diferentes regiones del país eran candidatas a obtener uno de los 25 cupos del curso. Así, se contaban por cientos quienes, desde diferentes escenarios, compartíamos una visión de la economía en la que las mujeres importábamos.
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